domingo, 2 de octubre de 2011

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI: MEDIOS DE LA EDUCACIÓN

Mariátegui no planteó un conjunto estructurado de medios que podrían hacer factible su idea de la nueva educación para los peruanos. Su diagnóstico desnudó la realidad de una educación que había ahondado las diferencias y distancias entre la educación burguesa y una educación casi inexistente de las grandes mayorías que en la costa, sierra y selva del Perú se encontraban totalmente marginadas. Una educación burguesa que privilegiaba a la élite de poder, que era la única que podía aspirar a los más altos niveles académicos. La escuela primaria en sus primeros años de instrucción era lo máximo que podía aspirar el hombre del campo y el hombre pobre de las urbes citadinas. La educación era elitista y no tenía originalidad alguna, encontrándose
completamente de espaldas a las necesidades del país. Este tipo de educación lo único que había hecho era ahondar las diferencias de clase y se veía muy lejos el momento en que esta situación cambiaría. Al respecto nos dice Mariátegui:
“La historia contemporánea ofrece, entre tanto, demasiadas pruebas de que a la escuela única no se llegará sino en un nuevo orden social. Y de que mientras la burguesía conserve sus actuales posiciones en el poder, las conservará igualmente en la enseñanza. La burguesía no se rendirá nunca a las elocuentes razones morales de los educadores y de los pensadores de la democracia(…)
En nuestra América, como en Europa y como en los Estados Unidos, la enseñanza obedece a los intereses del orden social y económico. La escuela carece, técnicamente, de orientaciones netas; pero si en algo no se equivoca, es en su función de escuela de clases; sobre todo en los países económica y políticamente menos evolucionados, donde el espíritu de clase suele ser, brutal y medievalmente, espíritu de casta”149.
Mariátegui no pudo avizorar el rumbo que debería tomar la escuela para descolonizarse y descolonizar al país ya que su visión de la educación fue un tanto general; sin embargo, su mirada ayudó mucho para tomar conciencia acerca de nuestra situación.
Sostenía que debía plantearse un nuevo espíritu en la escuela, mejores condiciones de vida y cambios en el contenido y métodos de enseñanza, desde la escuela primaria.
Criticó duramente la herencia española y las influencias francesa y norteamericana en la educación peruana. Se sumaron sostenía, a los vicios coloniales del legado español, una aristocrática moda francesa y una insólita incisión norteamericana. Los modelos adoptados habían tenido el vicio fundamental de su incongruencia con las necesidades socio - económicas de un país que necesitaba salir de la situación de miseria en la que se encontraba, como era el caso peruano.
Mariátegui sostenía que había que cambiar la base económica y política si aspirábamos a producir cambios reales en la educación. Era necesario pensar en nuevos medios organizacionales, legales y de previsión que operativicen como instrumentos de apoyo la labor pedagógica; una nueva organización de la enseñanza y la participación activa de un sindicato en el que se agrupen todos los maestros. Para que la educación no sea un área desarticulada, ineficiente e incompetente, debería crearse medios de previsión que considerasen las carencias existentes y se esforzasen para ser instrumentos de progreso, a los cuales se les sumarían los medios legales para construir todos juntos una sola herramienta institucionalizada.
Los métodos importados sólo contribuyeron, según Mariátegui, a producir robotizados diplomados y literatos. “No se hizo ninguna adaptación ni depuración de los mismos”150.
Mariátegui se inclinó por una escuela que formara “hombres prácticos” la que definió como “escuela del trabajo”. Este “método para producir hombres completos” sería el referente germinal.
Sin ser un pedagogo, Mariátegui postula la “escuela del trabajo” como metodología para educar en el trabajo a todos los hombres. Allí incluye a la progresiva educación ideológica de las masas indígenas pero no como imposición de una doctrina sino que recurre al plano metodoló-gico pues promueve “Los métodos de autoeducación, la lectura regular de los órganos del movimiento latinoamericano, de sus opúsculos, etc., la correspondencia con los Centros Urbanos y para ello es necesario la organización de pequeñas bibliotecas y centros de estudio”151. Vemos aquí que Mariátegui tiene nociones metodológicas de la organización de una educación popular y que no improvisa demagógicamente un programa de instrucción.
La necesidad de nuevos métodos de enseñanza, planteaba, es el deseo de los maestros que han comprendido la improductividad de los métodos tradicionales. La existencia de un conjunto de revistas pedagógicas y las nuevas formas de organización reflejan el nuevo espíritu de los maestros y la necesidad de formular los principios de una revolución de la enseñanza. No creo que haya otro peruano que como Mariátegui haya descarnado con tanta objetividad la situación educativa que el Perú vivía hasta las primeras décadas del siglo pasado.
 
149. MARIÁTEGUI, José Carlos. “Temas de Educación”. Ibídem., pp. 53 - 55.
150. GARCIA CALDERON, Francisco. “El Perú Contemporáneo”. (extraído de Castro Arenas, Mario, Reconstrucción a Mariátegui). Edit. Okura. Lima - Perú. pp. 97 - 98.
151. ANSION, Juan. “La Aventura de Mariátegui”. La Nueva Educación. Edit. Amauta. 1926. N° 2. pp. 364 - 365.

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